Esto es algo que creé, para el curso de Comunicación, pero me gusta y quiero compartirlo **
CASA GRANDE, TIERRA DE RECUERDOS
En el mes de Junio, año 2011, justamente cumplía mis 15 años, quería recibir un gran regalo, pero no; mis padres no me comprendían, así que decidieron hacer un viaje por mi cumpleaños. A mí no me gustaba viajar, detestaba salir de viaje, pues extrañaría a mis amigos, pero en fin tuve que ir, no me quedaba de otra. Me dijeron que íbamos a ir a Casa Grande a visitar a una familia lejana nuestra (según mis padres, que por cierto nunca me lo dijeron). Vivimos en Lima, con mis abuelos, ellos me quieren mucho y me miman demasiado, a veces pienso que me tratan como a una niña pequeña, y eso si que me incomoda.
Viajaremos hoy en la noche -dijo mi papá- Así llegaremos por la mañana. No lo entiendo mucho, sé que está pasando por sus 40 años, mi mamá aún sigue en sus 38, tengo una pequeña hermana de 10 años, a ella le encanta viajar, y no sé porqué.
Como lo dijo mi papá, salimos en la noche. Llegamos por la madrugada, no sé cuánto duró el viaje, lo único que me importaba era volver a "Mi Casa"; hacía mucho frío, mi hermana seguía dormida, yo, somnolienta. Estaba acostumbrada a pedir un taxi, ahora tenía que caminar, por eso me sentaba de rato en rato.
Al poco tiempo nos encontramos en una pequeña casa, nos recibieron muy bien, una anciana de aproximadamente 78 años, pero muy cariñosa, me parece que llamó a mi papá, sobrino; creo que era por el hermano de mi abuelo paterno. Llegamos a tiempo para el desayuno, me sirvieron papa, cortada en cuadritos con aderezo acompañada con una papilla, a la que llamaban "miga", en conclusión, el plato se llamaba Migadito, estaba muy rico. Mi día estaba mejorando, después de una larga caminata por la madrugada.
Horas antes del almuerzo, llegó un tío mío, Carlos, hablaba un poco raro, pero entiendo, cada quien tiene su forma de hablar y su propia cultura. Dijo que nos llevaría a la Plaza de Armas de Casa Grande. Cuando llegamos, me impresionó el gran árbol que había, Carlos (a quien debía de llamar tío), me dijo que ese árbol tenía casi 30 años o más, otro objetos que me llamó la atención fue la estatua del cañero en el centro de la Plaza, en una pileta. Además mencionó que por ahí, muchos años atrás, pasaba un gran tren, pasaba por toda la Avenida Tren o Calle Tren, de allí viene el nombre. Mi tío nos contó varias historias más, y por eso, no nos percatamos de la hora, así que volvimos a casa, mientras yo iba con mis pies que me iban a estallar del mucho caminar.
Después del almuerzo fuimos en mototaxi (claro que no era un carro, pero lo único que no quería era caminar), nos llevaron a la entrada de Casa Grande, todo estaba lleno de un color verde, hermoso, eran cañas! habían muchas, llenaban toda una avenida, o más!
Carlos dijo que por eso su familia había llegado aquí, por eso era el cañero en la Plaza, por ello el nombre de la calle tren, ese tren llevaba y traía la caña.
Carlos nos contó que tiempo atrás allí había una hacienda muy grande, y en ella vivía una pareja, quienes eran muy benévolos con todos, por ello en su honor le pusieron a la comunidad que formaron, Casa Grande. Mi tío Carlos, con el permiso de los guardianes, sacó una caña y me dio para probar, era dulce, muy dulce.
Así cuando terminó de contarnos la historia, regresamos a casa.
Al día siguiente desperté con el olor al nuevo plato que me gustaba de desayuno, el migadito. En el desayuno escuché a papá decir que volvíamos a Lima en la noche, creo que era porque tenía una reunión urgente en el trabajo. No quería irme de Casa Grande, no hoy, no ahora, quería conocer más, mucho más de un pequeño distrito, pero hermoso.
Siendo las 10 pm de la noche, ya estábamos en el carro, despidiéndonos de mis parientes de Casa Grande, regresando a Lima. Durante todo el camino de regreso a Lima, no pude dormir pensando en todo lo que me encantó de Casa Grande. Ahora siento esa sensación de como cuando extrañas algo pero sabes que pronto regresará. Regresaremos a Casa Grande, losé; ahora, quiero regresar para cada año que cumpla.
Así cuando terminó de contarnos la historia, regresamos a casa.
Al día siguiente desperté con el olor al nuevo plato que me gustaba de desayuno, el migadito. En el desayuno escuché a papá decir que volvíamos a Lima en la noche, creo que era porque tenía una reunión urgente en el trabajo. No quería irme de Casa Grande, no hoy, no ahora, quería conocer más, mucho más de un pequeño distrito, pero hermoso.
Siendo las 10 pm de la noche, ya estábamos en el carro, despidiéndonos de mis parientes de Casa Grande, regresando a Lima. Durante todo el camino de regreso a Lima, no pude dormir pensando en todo lo que me encantó de Casa Grande. Ahora siento esa sensación de como cuando extrañas algo pero sabes que pronto regresará. Regresaremos a Casa Grande, losé; ahora, quiero regresar para cada año que cumpla.
NORKA CHÁVEZ TELLO
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